![\"\"](\"https:\/\/cronicadigital.cl\/wp-content\/uploads\/2023\/07\/cambio-climatico-1.jpg\")
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Largas, transparentes <\/em><\/p>\n }Y en sus barrigas llevan <\/em><\/p>\n Lo que puedan arrebatarle al amor.<\/em><\/p>\n La mato y aparece una mayor,<\/em><\/p>\n Con mucho m\u00e1s infierno en digesti\u00f3n.<\/em><\/p>\n Extracto de la canci\u00f3n, Sue\u00f1o con serpientes<\/em>, escrita por Silvio Rodr\u00edguez (1975).<\/p>\n I. Refugiados del clima: cuando el capital expulsa y la Tierra responde,<\/strong><\/p>\n Mientras las \u00e9lites contin\u00faan negociando cuotas de carbono en hoteles de cinco estrellas, millones de personas se ven forzadas a abandonar sus hogares, sus territorios y sus historias. No huyen de guerras convencionales, sino de una guerra silenciosa y devastadora: la del capital contra la naturaleza. El cambio clim\u00e1tico no es un fen\u00f3meno natural, sino un crimen estructural, cuyas v\u00edctimas ya tienen rostro: son los desplazados del clima. Chile no es ajeno a esta realidad. Seg\u00fan una nota publicada por la Universidad de Chile (2020), y con base en datos de CONAF, cerca del 22 % del territorio continental del pa\u00eds se encuentra en riesgo de desertificaci\u00f3n. En consecuencia, se espera que la poblaci\u00f3n habitante de las zonas m\u00e1s afectadas viva empobrecimiento y degradaci\u00f3n de sus n\u00facleos familiares, oblig\u00e1ndolos a migrar hacia lugares con mejores condiciones.<\/p>\n Seg\u00fan datos recogidos por Kohei Saito en La naturaleza contra el capital<\/em>, si el nivel del mar aumenta hasta dos metros \u2014una posibilidad cada vez m\u00e1s probable\u2014 \u201cpodr\u00eda resultar en la p\u00e9rdida de una superficie de 1,79 millones de km\u00b2 de tierra, incluidas las regiones cr\u00edticas de producci\u00f3n de alimentos, y el posible desplazamiento de 187 millones de personas\u201d (Saito, 2022, p. 16). No se trata de ciencia ficci\u00f3n ni de escenarios hipot\u00e9ticos: hablamos del presente y del desarraigo que ya viven miles de personas en Bangladesh, El Caribe y el Sahel africano. Son varias las zonas costeras latinoamericanas amenazadas con desaparecer producto del crecimiento en el nivel del mar, entre ellas R\u00edo de Janeiro en Brasil y Barranquilla en Colombia.<\/p>\n Hoy, las sequ\u00edas y la desertificaci\u00f3n constituyen una forma de violencia que afecta extensas zonas rurales, a trav\u00e9s del retroceso del litoral costero y la p\u00e9rdida de empleos locales. Por eso, resulta ingenuo atribuir estos fen\u00f3menos al azar o a simples \u201ccambios naturales\u201d. Lo que est\u00e1 ocurriendo es lo que Karl Marx denomin\u00f3 \u2014y que Saito retoma con fuerza\u2014 una fractura metab\u00f3lica entre sociedad y naturaleza. Para reproducirse, el capital necesita romper el equilibrio ecol\u00f3gico y reorganizarlo a su favor. \u201cEl capitalismo se caracteriza fundamentalmente por la enajenaci\u00f3n de la naturaleza y por una relaci\u00f3n distorsionada entre los humanos y la naturaleza\u201d (Saito, 2022, p. 23). Esa distorsi\u00f3n es la que transforma los territorios en zonas de sacrificio, y a sus habitantes en poblaci\u00f3n sobrante, prescindible.<\/p>\n La crisis ecol\u00f3gica no est\u00e1 deteniendo la acumulaci\u00f3n capitalista, todo lo contrario: la est\u00e1 profundizando. Hoy, el capitalismo funciona como un \u201ccapitalismo del desastre\u201d (Saito, 2022, p. 16), que se enriquece gracias a la destrucci\u00f3n. Mientras unos pierden su casa por la sequ\u00eda o por el avance del mar, otros prosperan vendiendo seguros clim\u00e1ticos, alimentos procesados o dispositivos de control migratorio. La miseria de unos es el negocio de otros.<\/p>\n En ese contexto emerge un nuevo sujeto: el proletariado ambiental. No definido por la f\u00e1brica, sino por la exclusi\u00f3n total de los medios de vida. \u201cLa gente rica sobrevivir\u00e1, y el capitalismo de desastre continuar\u00e1 acumulando riqueza (\u2026) mientras las pobres y futuras generaciones se volver\u00e1n mucho m\u00e1s vulnerables al desastre ambiental\u201d (Saito, 2022, p. 16). En este mundo roto, defender la vida \u2014defender el agua, la tierra, el aire\u2014 es un acto profundamente revolucionario. Al proletario ambiental, debemos considerarlo como un superviviente de la crisis ecol\u00f3gica y la violencia del sistema. Muy probablemente, desde sus manos nacer\u00e1 la verdadera transformaci\u00f3n social. Coincidentemente, ya en la segunda parte del siglo XX,\u00a0 Frantz Fanon indicaba que estos grupos humanos son una consecuencia del desarrollo del modelo, violento por naturaleza con la poblaci\u00f3n habitante de sectores m\u00e1s empobrecidos, hombres y mujeres, oprimidos desde el origen de sus vidas. Por eso, se les reconoce como actores centrales en cualquier lucha por la liberaci\u00f3n (Fanon, 1961).<\/p>\n Nos quieren hacer creer que la migraci\u00f3n clim\u00e1tica es un asunto humanitario, cuando en realidad es un s\u00edntoma del colapso de un sistema que no reconoce l\u00edmites. Como si fueran \u201cefectos colaterales\u201d, cuando en verdad son consecuencias directas de un modelo que, como dice Saito, ha ignorado deliberadamente las advertencias cient\u00edficas y ha preferido \u201cgastar una enorme parte de su presupuesto en investigaciones negacionistas del cambio clim\u00e1tico\u201d (Saito, 2022, p. 15).<\/p>\n Ante esto, no basta con hablar de la \u201ctransici\u00f3n verde\u201d. Lo que necesitamos es una ruptura ecosocial, una transformaci\u00f3n radical que recupere la noci\u00f3n de comunidad con la Tierra. Marx no fue un tecno\u2013optimista ingenuo, como algunos caricaturizan. Seg\u00fan Saito, su proyecto final \u201clleg\u00f3 a considerar las crisis ecol\u00f3gicas como la contradicci\u00f3n fundamental del modo de producci\u00f3n capitalista\u201d (Saito, 2022, p. 31). Y eso implica que el socialismo no puede limitarse a repartir mejor los bienes: debe cambiar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza.<\/p>\n Quienes luchamos por la justicia ambiental sabemos que este no es un tema t\u00e9cnico, sino pol\u00edtico. No hay justicia clim\u00e1tica sin justicia migratoria. No hay justicia migratoria sin una cr\u00edtica frontal al capital f\u00f3sil y a su modo de habitar la Tierra. Por eso, hablar de migraci\u00f3n clim\u00e1tica es hablar de derechos, de soberan\u00eda, de territorio, de clase. Y tambi\u00e9n de futuro.<\/p>\n No podemos seguir naturalizando lo que es estructural. La migraci\u00f3n forzada por el colapso ecol\u00f3gico no es el final de la historia. Es el grito desesperado de un planeta que ya no puede sostener este modelo de acumulaci\u00f3n. Escuchar ese grito \u2014y actuar en consecuencia\u2014 es nuestra responsabilidad pol\u00edtica, \u00e9tica y humana.<\/p>\n II. Los nuevos condenados de la tierra.<\/strong><\/p>\n El desplazamiento clim\u00e1tico es una consecuencia del modelo capitalista. Seg\u00fan Fanon, esto se debe a que el sistema necesita ocupar territorios para su beneficio, con todo lo que exista en su interior, incluyendo vidas sacrificadas y la opresi\u00f3n hacia la poblaci\u00f3n m\u00e1s vulnerable (Fanon, 1961).<\/p>\n Vivimos en un mundo de estructuras complejas, donde el capitalismo ha actuado forjando una geograf\u00eda dual en la que existen dos zonas, la de los privilegiados y la de los olvidados, estos \u00faltimos descritos por Fanon como los condenados de la tierra, habitantes de zonas de sacrificio, convertidos en una suerte de poblaci\u00f3n excedente, prescindibles desde tiempos coloniales hasta nuestros d\u00edas (Fanon, 1961). La violencia estructural del sistema se sostiene gracias a estos males, reproduciendo una y otra vez el espiral de la violencia, el olvido y la muerte.<\/p>\n Los nuevos condenados de la tierra son millones de personas v\u00edctimas de un modelo econ\u00f3mico que destruye vidas y los espacios donde converge, oblig\u00e1ndolos a dejar sus or\u00edgenes, transform\u00e1ndolos en poblaci\u00f3n sobrante, sin nombre e\u00a0 identidad. Es una de las tantas formas en c\u00f3mo act\u00faa el capital, parte de su l\u00f3gica destructiva y de dominaci\u00f3n, evidenciada por la destrucci\u00f3n de territorios y sus econom\u00edas locales, provocando el \u00e9xodo de su poblaci\u00f3n a otros lugares. De alguna manera, esto se ha convertido en una oportunidad de negocio para unos pocos, tal como ya ocurr\u00eda en el siglo reci\u00e9n pasado, descrito por Fanon: \u201cla riqueza del imperialismo es nuestra miseria\u201d (Fanon, 1961).<\/p>\n III. El refugiado clim\u00e1tico.<\/strong><\/p>\n Durante los \u00faltimos a\u00f1os, el t\u00e9rmino \u201crefugiado clim\u00e1tico\u201d se ha vuelto cada vez m\u00e1s com\u00fan, especialmente en lugares donde ya se ven los efectos negativos de la crisis medioambiental mencionada en apartados anteriores. Describe a la persona obligada a abandonar su territorio por fen\u00f3menos como las sequ\u00edas extremas, las tormentas o la desertificaci\u00f3n, eventos que imposibilitan una vida en condiciones dignas. Desafortunadamente, y pese su contexto de vida negativo, este t\u00e9rmino no aparece a\u00fan oficialmente en el derecho internacional \u2013pese su car\u00e1cter urgente\u2013, por lo que jur\u00eddicamente es imposible legislar para cuidar a la poblaci\u00f3n habitante de los territorios en riesgo de desastres derivados del cambio clim\u00e1tico, tal como lo menciona ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), en su informe Cambio clim\u00e1tico, desastres naturales y desplazamiento humano: la perspectiva del ACNUR<\/em> (2008).<\/p>\n Desde hace algunos a\u00f1os, la emergencia del cambio clim\u00e1tico ha quedado en evidencia en distintas zonas de Chile. En la Regi\u00f3n de Coquimbo, la agricultura ha evidenciado un notable deterioro. Seg\u00fan se\u00f1alaba hace alg\u00fan tiempo Diario Financiero (2021): En ciertas zonas de ese valle \u201ctodav\u00eda quedan algunas familias que se dedican a la venta de productos org\u00e1nicos, como la miel o de quedo se cabra, pero su subsistencia es cada vez m\u00e1s dif\u00edcil, porque no hay agua\u201d (\u2026) Esto es una bomba de tiempo, o sea, en cualquier minuto va a pasar un pueblo sin producci\u00f3n, sin desarrollo, sin absolutamente nada\u201d. <\/em>Sin dudas, el efecto del cambio clim\u00e1tico tendr\u00e1 efectos devastadores en la poblaci\u00f3n en el norte chico, la que ver\u00e1 obligada a migrar.<\/p>\n Lo que alguna vez fue un mito, con los a\u00f1os se convirti\u00f3 en una realidad cuando la crisis ecol\u00f3gica se hizo evidente, como una nueva faceta del modelo capitalista, el que supo c\u00f3mo adaptarse a nuevas realidades. El capitalismo en todas sus facetas es destructivo, debido a su car\u00e1cter flexible. Ha aprendido y sabido adaptarse a las m\u00e1s diversas situaciones, aprovech\u00e1ndose de eventos hist\u00f3ricos y caracter\u00edsticas socioculturales de los pueblos oprimidos. As\u00ed despoja a las personas de sus territorios, los que son convertidos en mercanc\u00edas, lugares desde donde comienza un \u00e9xodo que parece no tener final.<\/p>\n La tierra se destruye a pasos agigantados. En cuesti\u00f3n de 200 a\u00f1os terminamos condenando al planeta y sus habitantes. Extra\u00f1amente, el sistema que destruye, tambi\u00e9n aporta soluciones. Fanon advert\u00eda lo mismo por parte del colonialismo: \u201cMata y luego exige gratitud por haber dejado algunos sobrevivientes\u201d (Fanon, 1961). En el presente, las grandes potencias capitalistas y del calentamiento global, son los grandes oferentes de soluciones frente a la realidad actual, aportando fondos econ\u00f3micos y tecnol\u00f3gicos para afrontar las consecuencias de sus actos, en un juego importante para el desarrollo de sus estructuras de dominaci\u00f3n. Ciertamente, esto no soluciona el problema de fondo, debido a que estamos inmersos en un momento donde se hace necesario pensar en c\u00f3mo incorporar soluciones a esas dificultades, antes de que exploten frente a nuestros rostros. Es por esto, que no son pocos los pa\u00edses que est\u00e1n buscando como legislar respecto a estos temas.<\/p>\n Quienes migran por temas clim\u00e1ticos, no lo hacen con el fin de huir de fen\u00f3menos naturales, sino que por las consecuencias de una violencia estructural, la que en el presente aparece frente a nosotros transformada en sequ\u00eda, monocultivos e incendios forestales. Bajo esta circunstancia, migrar se transforma en un acto de sobrevivencia, frente a un sistema que destruye grandes territorios, desplazando personas, los nuevos condenados de la tierra, migrantes que no buscan caridad, sino justicia.<\/p>\n Bibliograf\u00eda.<\/strong><\/p>\n ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), Informe Cambio clim\u00e1tico, desastres naturales y desplazamiento humano: la perspectiva del ACNUR<\/em> (2008).<\/p>\n Disponible en: https:\/\/www.unhcr.org\/sites\/default\/files\/legacy-pdf\/497891022.pdf<\/a><\/p>\n Diario Financiero, Chile un punto caliente del cambio clim\u00e1tico, <\/em>14 de agosto del 2021.<\/p>\n
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