Por Marcel Garcés Muñoz
El tiempo electoral y la Derecha chilena, con sus corrientes tradicionales oligárquica y económica, la populista neofascista, los nostálgicos de los torturadores del pinochetismo criminal y del terrorismo de Estado, la guerra Interna, junto a algunos que abjuran de sus creencias, discursos o conductas del pasado, y emponzoñan el debate retórico del momento, buscan confundir a un electorado que está demostrando a través de loa datos de las encuestas su decisión democrática y una determinación de llevar el país a una mayor y mejor democracia, un cambio en las condiciones sociales y económicas, y un futuro de progreso, de estabilidad, de esperanza, justicia, respeto por los derechos humanos y seguridad.
El estado de ánimo de la ciudadanía constatado por encuestas de opinión pública, evidencia una creciente y mayoritaria intención de voto ciudadano, por la candidatura de la abanderada progresista, Jeannette Jara, que ha impuesto una estilo cercano, natural, creíble, en su invitación a los ciudadanos a hacerse parte de un proyecto amplio, popular, patriótico, democrático, de un futuro de cambios y progreso.
Es decidor que una empresa encuestadora como CADEM, de acuerdo a una encuesta dada a conocer el 6 de octubre, establezca que Jeannette Jara llega a un 27 por ciento de la intención de voto, encabezando la lista de preferencias electorales, en los comicios presidenciales próximo, en tanto José Antonio Kast, registra un 23 por ciento.
En tercer lugar, con un 15 por ciento está Evelyn Matthei, seguida por Johannes Kaiser, con 11 por ciento, Franco Parisi, con un 10 por ciento, Harold Mayne Nicholls, un 4 por ciento, Marco Enriquez Ominami, un 1 por ciento y Eduardo Artes aparece al final de la lista de “presidenciables”, con un cero por ciento de preferencias.
CADEN señala además que un 9 por ciento del universo consultado, “no sabe o no responde por una preferencia electoral determinada. Y que cuanto a las “expectativas electorales” de los consultados un 40 por ciento estima que Kast sería el próximo Presidente del país, en tanto un 34 por ciento estima que la elegida por la ciudadanía, será Jeannette Jara.
Por otro lado el muestreo señala que un 44 por ciento de los consultados estima que Jeannette Jara es “simpática”, con capacidad para hacer cambios en educación, salud, pensiones y vivienda (34 por ciento), es ”carismática”(36 por ciento), “simpática”(37 por ciento),”cercana” (37 por ciento), “genuina” (30 por ciento), y “consecuente” (28 por ciento).
Kast, por su parte, según la encuesta ”tiene carácter”, con un 33 por ciento de la apreciación, “logrará darle gobernabilidad al país”(un 30 por ciento lo piensa), “tiene autoridad y liderazgo”,(un 37 por ciento de la apreciación), tiene “capacidad de hacer crecer la economía y generar empleo”, (según un 34 por ciento), está “preparado para ser presidente” (según opinión de un 32 por ciento), “capacidad de resolver los problemas del país“(30 por ciento), “capacidad para gestionar para gestionar crisis”(30 por ciento), “que trabaja con sentido de urgencia” “29 por ciento, “capacidad para enfrentar la delincuencia” y el narcotráfico (38 por ciento), “ resolver los problemas de inmigración”(37 por ciento) y que “podrá hacer cambios radicales”(34 por ciento),
Todo lo cual más parece una especie de “lanzamiento” y proclamación electoralista del programa propagandístico del candidato “republicano” y su retórica populista. que un muestro objetivo, que una encuesta sociológica electoral debiera por doctrina registrar.
Pero, en fin, es lo que hay en el escenario.
Y siendo cierto que las encuestas son una fotografía de un momento político- no se pueden desechar, y deben ser tenida en cuenta en la reflexión sobre el escenario electoral real, un elemento de la ciencia y la práxis política, la estrategia, la retórica y la capacidad de motivar, estimular y orientar el mensaje político electoral en el que estamos inmersos.
Y por supuesto se trata de un insumo para las consideraciones, motivaciones, estímulos, directrices, orientaciones y las estrategias y tácticas y las consiguientes acciones políticas, organizacionales y prácticas, las movilizaciones sociales que debemos asumir para este trascendental periodo inmediato, para los futuros y desafiantes escenarios que se perfilan.
Pero los técnicos electorales deben leer objetivamente el pensamiento de la Opinión Pública, y no quedarse en la manipulación apresurada del interés electoralista.
Como todos sabemos la verdad de las cifras solo podrá conocerse el domingo 16 de noviembre de 2025, y la eventual -y casi segura- segunda vuelta, el domingo 14 de diciembre 2025, donde se deberá definir el resultado que registren los candidatos de la primera y segunda mayoría.
Pero los chilenos tenemos urgencias, pero también tenemos sueños, proyectos, perspectivas de futuro, que van mucho más allá de un resultado electoral presidencial, dado además el resultado de la elección del poder Legislativo nacional puede ocupar un rol determinante en el escenario político próximo.
La historia no comienza hoy ni termina con un mero escrutinio electoral coyuntural. Los pueblos son mucho más que una generación, que a lo mejor no pudo o no pudo cumplir con sus sueños y objetivos.
Hay mucho que desarrollar: iniciativas, consideraciones que deben inspirar, y sobre todo movilizar a los dirigentes políticos, que no parecen despertar al gran desafío que se alza ante Chile y los chilenos.
Las responsabilidades con el futuro del país, con su pueblo, sus trabajadores, sus jóvenes, sus mujeres, sus intelectuales, obligan a desarrollar la iniciativa, la inspiración, los desafíos que impone la historia.
Y como siempre, como lo hemos dicho hasta el cansancio, lo principal es la unidad, el compromiso con la historia pasada, presente y con el futuro.
Hay mucho por hacer aún. No hay tiempo que perder.
Es la hora de un compromiso con el Chile de mañana, el progreso, la democracia, la libertad y el protagonismo social, la calle, las reivindicaciones, la defensa de los derechos humanos, sociales, políticos que están siendo amenazados por una derecha vengativa que busca la revancha y amenaza con la doctrina represiva de la guerra interna. La historia nos apura.
Y para que quede todo claro. Este es un llamado, una invocación si se quiere, a la acción, al protagonismo popular, a la movilización de las fuerzas del cambio, de la esperanza y del futuro, al entusiasmo, a la creatividad, al amor, al desafío, en definitiva, al desafío, a la acción social, al protagonismo del pueblo, las organizaciones populares, la calle, que son los verdaderos protagonistas del cambio y el progreso social, la defensa de la democracia, y del protagonismo social.
En definitiva, la historia nos apura. Y debemos ocupar nuestro lugar en la primera línea.
Nuestra tarea es urgente. No tenemos tiempo que perder.
Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 9 de octubre 2025,
Crónica Digital.