El candidato presidencial del Partido Comunista (Acción Proletaria), Eduardo Artés, generó polémica al afirmar que un eventual gobierno de José Antonio Kast “no va a durar nada”, pues la calle y la izquierda se lo impedirían, frase pronunciada en Radio Pauta que provocó inmediato rechazo de la oposición y del propio abanderado republicano. Kast replicó calificando las declaraciones de “lamentables” y advirtiendo que quien postula a un cargo democrático debe respetar las reglas del juego institucional.
Ante las críticas, Artés aclaró en Tele13 Radio que sus palabras no constituyen una amenaza, sino una constatación de que un gobierno de Kast, o incluso de su aliado Johannes Kaiser, generaría fuerte conflictividad social por los recortes que aplicarían, desatando manifestaciones y rechazo ciudadano en los que la izquierda acompañaría al pueblo en las calles. Según el postulante comunista, ello derivaría en ingobernabilidad, ausencia de inversión y descontento que se convertiría en la verdadera respuesta a la agenda ultraderechista.
En ese marco, sostuvo que lo democrático es representar a la mayoría social, y ante la consulta sobre una eventual ruptura institucional, matizó que más que “saltarse el Estado de derecho”, lo que plantean es “superarlo” cuando este no responde a las necesidades del país, tal como ocurrió al independizarse de España. A juicio de Artés, sólo si un gobierno responde adecuadamente a los intereses de la ciudadanía puede mantenerse sin riesgo de interrupciones; de lo contrario, el descontento popular se impondría más allá de su voluntad personal.
El abanderado aprovechó también para criticar el desempeño de las últimas administraciones, asegurando que una movilización social tiene más impacto que “cien programas” y acusando a presidentes recientes, incluido Gabriel Boric, de no haber cumplido con sus compromisos de gobierno. Respecto de sus prioridades de llegar a La Moneda, adelantó que lo primero sería reunirse con las organizaciones sociales y sindicatos para recalcar que su mandato sería el de los trabajadores y el pueblo. Luego, convocaría a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas para subrayar que, como jefe supremo de la defensa, él marcaría la conducción y requeriría que eventuales disensos se transparenten desde el inicio. (NP-Perplexity-Emol)