La candidatura de Evelyn Matthei vuelve a estar bajo presión política tras la controversia desatada en su comando por los dichos del coordinador estratégico, Juan Sutil, quien relativizó que el régimen de Augusto Pinochet haya sido una dictadura. El episodio ha obligado al equipo a intentar fijar una postura común en torno al 11 de septiembre de 1973, tema que se ha convertido en un flanco sensible para la abanderada de la derecha.
Uno de los partidos que respaldan a Matthei, Amarillos por Chile, ha optado por mantener silencio público para no amplificar el conflicto, aunque internamente reconocen que se mantiene la preocupación. Dirigentes de la colectividad, compuesta mayoritariamente por exintegrantes de la Concertación, recuerdan que en su encuentro con Matthei, el pasado 11 de junio, discutieron abiertamente el tema y recibieron garantías de su compromiso con los derechos humanos.
En esa reunión, participaron en representación de Amarillos líderes como Andrés Jouannet, Álvaro Briones, René Cortázar e Isidro Solís. Algunos compartieron experiencias personales vinculadas al régimen militar: Jouannet relató que su padre, Reinaldo –fallecido en 2024–, fue víctima de torturas y aparece en el informe de la Comisión Valech; mientras que Briones recordó su exilio en México hasta 1985.
Los testimonios motivaron a Matthei a realizar un mea culpa. Reconoció que sus declaraciones previas —en que afirmó que tras el golpe “no había otra alternativa” y que “era inevitable que hubiese muertos”— fueron un error que hirió a muchos, y ofreció disculpas a los presentes. Según dirigentes amarillos, la exalcaldesa aseguró que sus palabras no representaban lo que realmente piensa y reiteró que su familia nunca avaló violaciones a los derechos humanos.
Posteriormente, el pasado 3 de agosto, Matthei formalizó una disculpa pública en una carta enviada al economista Sebastián Edwards, publicada en El Mercurio, donde expresó “sinceras disculpas” por sus dichos.
Desde Amarillos remarcan que su apoyo a la candidatura no los convierte en partido de derecha y que valoran mantener autonomía en ciertas posturas. Aunque evitan confrontar directamente a Matthei o a miembros del comando en público, confiesan haber transmitido sus reparos en privado, especialmente al propio Juan Sutil.
El episodio refleja la persistente fragilidad de la campaña de Matthei frente al debate sobre derechos humanos y dictadura, un terreno que sigue tensionando a la derecha en pleno ciclo electoral. (NP Perplexity-La Tercera)