Jara enfrenta semana marcada por tensiones internas en su comando

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La candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara (PC), debió compatibilizar su gira regional en el sur con la crisis política que remeció a su comando, tras el choque público entre su vocero Ricardo Lagos Weber (PPD) y la integrante de su comité estratégico Bárbara Figueroa (PC), en medio de la polémica generada por las críticas del timonel comunista Lautaro Carmona al exministro de Hacienda Mario Marcel.

El conflicto se desató el domingo, cuando Carmona acusó a Marcel de obstaculizar políticas sociales, lo que generó molestia en el Socialismo Democrático. El lunes, Lagos Weber señaló que el líder del PC estaba “aportillando” la campaña, a lo que Figueroa respondió defendiendo a Carmona y pidiendo a los voceros concentrarse en la elección.

La disputa expuso las dos corrientes que conviven en la candidatura: el Partido Comunista y el Socialismo Democrático, un equilibrio similar al que ha complicado al gobierno de Gabriel Boric.

INTENTOS DE CONTENCIÓN

La polémica obligó al comando a activar una estrategia de control de daños. Los equipos de datos y comunicaciones, liderados por Daniel Núñez y Susana González, enviaron directrices para evitar enfrentamientos internos y enfocar los mensajes en criticar a José Antonio Kast y reforzar el despliegue regional de Jara.

El martes, Figueroa moderó el tono y apuntó a las propuestas previsionales de Kast, lo que bajó la tensión. Sin embargo, el miércoles volvió a respaldar públicamente a Carmona, lo que generó incomodidad en el comando y llevó a gestiones directas de Jorge Millaquén (PS) y Darío Quiroga para frenar la crisis.

LA POSTURA DE JARA

Desde su gira, la abanderada oficialista llamó al orden: “No soy la mamá de ninguno de los dirigentes”, dijo, pidiendo a su equipo enfocarse en la campaña. Además, se desmarcó de Carmona, señalando que no comparte sus críticas a Marcel y reafirmando su compromiso con la responsabilidad fiscal, mensaje leído como un gesto de autonomía respecto al PC.

El movimiento dejó en una posición incómoda a Figueroa, tensionada entre su rol de secretaria general comunista y su papel en un comando que busca conquistar votantes moderados.

Hacia el final de la semana, los ánimos mejoraron tras un llamado conciliador de Figueroa a Lagos Weber. Sin embargo, en el entorno de Jara reconocen que episodios de este tipo podrían repetirse y que deberán aprender a “jugar con esas tensiones” a medida que avance la campaña.

La encargada programática, Camila Miranda (FA), sintetizó el diagnóstico: “Está afinándose la máquina del comando y también los diálogos de los partidos para poder estar a la altura de la contienda electoral”. (NP-GPT-La Tercera)



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