Un estudio realizado por Criteria, en conjunto con Gestión Social y la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), analizó la percepción de los chilenos sobre la matriz exportadora del país. El sondeo comparó la preferencia entre los productos primarios tradicionales —como cobre, litio, madera o salmones— y nuevos recursos como tierras raras e hidrógeno verde, frente a un eventual desarrollo de manufacturas.
La investigación partió de la hipótesis de que Chile podría tomar como referencia a países de tamaño similar, como Australia, Noruega y Nueva Zelandia, cuya matriz exportadora también se sustenta en recursos naturales, pero con ingresos per cápita muy superiores al chileno. Sin embargo, los resultados apuntaron en otra dirección.
Ante la consulta “¿qué país crees tú que debiera tener Chile como modelo a seguir?”, los encuestados mencionaron en primer lugar a China, Estados Unidos, Japón y Alemania, todos países industrializados con tradición manufacturera y exportadora de bienes como automóviles, maquinaria, electrodomésticos y computadores. Australia, Noruega y Nueva Zelandia aparecieron recién en los puestos 7, 8 y 9.
La preferencia por modelos industriales, señala Ex Ante, resultó transversal entre hombres y mujeres, así como en todos los niveles socioeconómicos. No obstante, se detectaron diferencias políticas: mientras las personas identificadas con la izquierda se inclinan más hacia China, quienes se ubican en la derecha muestran mayor afinidad con Estados Unidos.
Según Criteria, el bajo protagonismo de Australia, Noruega y Nueva Zelandia se explicaría por el escepticismo de los chilenos respecto a las posibilidades de desarrollo basadas en materias primas, y por la percepción de que el progreso está asociado a la industrialización. Así lo refleja la afirmación: “Un país que exporta bienes y servicios es siempre más desarrollado que un país que exporta materias primas”, con la cual la mayoría de los consultados dijo estar de acuerdo.
El director de Asuntos Públicos de Criteria, Matías Chaparro, señaló que la preferencia por China y Estados Unidos va más allá de lo económico: “No sólo coincide con la idea de un desarrollo basado en la manufactura, sino que también pone en entredicho dos principios históricamente valorados en Chile: la apertura a mercados globales y la democracia”.
En la misma línea, Elisa Giesen, socia de Gestión Social, advirtió que esta inclinación no debería pasar inadvertida para la clase política: “La opción por estos países puede ser síntoma de una incomodidad más profunda que la expectativa de un modelo de desarrollo basado en fábricas”.
El estudio concluye que existe consenso en la necesidad de que Chile crezca económicamente, pero persisten diferencias sobre el camino a seguir. Chaparro precisó que esta tensión también se observa en la derecha: “Mientras la dirigencia apuesta por aprovechar las ventajas geográficas para exportar productos primarios, la base social de derecha se muestra más entusiasta con la idea de industrializar el país y apostar por la manufactura”. (Red NP-Ex Ante)
Lea el estudio completo de Criteria: