K. Bunker: “Si la derecha se canibaliza puede entregarle el poder al PC”

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El académico y analista político, Kenneth Bunker, dice que “si Kast ofrece efectividad para resolver los problemas de los chilenos, Matthei ofrece estabilidad al país, un equipo profesional, con más experiencia y más transversal, pero al mismo tiempo un equipo que se podría demorar demasiado en resolver los asuntos políticos urgentes”.

-¿Qué factores explican el alza de Jeannette Jara y José Antonio Kast?

-El alza de Jara se explica directamente por su victoria en las primarias. Es decir, una vez eliminada la incertidumbre en el oficialismo con respecto a quién iba a ser la candidatura, los votantes naturalmente se unieron detrás de la ganadora. De hecho, esos son los objetivos de la primaria. Creo que es una tremenda victoria en sí haber hecho eso, porque un sector del socialismo democrático le podría haber dado la espalda, pero no fue así. Jara logró juntar los votos de todo el sector y eso se refleja en un alza meteórica, en que pasa del 1% en enero a bordear el 30% en julio.

Por el lado de Kast, me parece que tiene un discurso bastante efectivo, en tanto apunta a resolver pocos pero grandes problemas. Su énfasis en la crisis de seguridad y la inmigración ilegal, le están dando réditos porque los plantea con nitidez.

-¿Y respecto de Evelyn Matthei?

-Si Kast ofrece efectividad para resolver los problemas de los chilenos, Matthei ofrece estabilidad al país, un equipo profesional, con más experiencia y más transversal, pero al mismo tiempo un equipo que se podría demorar demasiado en resolver los asuntos políticos urgentes.

Las personas tienen que escoger entre efectividad y estabilidad ya que no se puede tener los dos y están escogiendo efectividad. En el caso de Matthei hay una cierta tragedia dado que está en una carrera que es muy favorable para la derecha, pero en un contexto hiperpolarizado donde la candidata del PC es atacada por la derecha más extrema, lo que deja a Matthei fuera de juego.

-¿Qué debería hacer Matthei para volver a liderar las encuestas o entró en una tendencia irreversible?

-Creo que esta elección está compuesta por distintos ciclos. Es una campaña que partió con Kast ganando, pero perdió ese partido en el segundo proceso constituyente y de ahí lidera Evelyn Matthei que ahora está perdiendo protagonismo. Estamos frente a un escenario abierto. Las cosas se pueden dar vuelta.

-¿En qué sentido?

-No es imposible que Matthei vuelva a tomar el liderazgo en la carrera, pero para eso necesita demostrar que, como Kast, ella también puede proponer soluciones efectivas a las urgencias de los chilenos. Delegar demasiado en procesos deliberativos para resolver problemas que están archi diagnosticados no va a tener resonancia en las personas. Matthei necesita mayor coordinación política con su coalición. Tiene que haber un discurso político unificado, que deje claro que el adversario es Jara, que el costo de arriesgarse a un extremo es demasiado alto y que ella es la mejor carta para resolver los problemas ciudadanos. Si hay mayor protagonismo político en la campaña puede recuperar esa conducción y ciertamente las cosas se pueden dar vuelta más adelante. Hoy estamos viendo un boom de Kast por el temor que genera la candidatura de Jara.

-¿Es posible que Jara siga creciendo o llegó a su techo?

-Jara ya logró una gran victoria al haber unificado a todo el sector oficialista detrás de ella. Llegar a un 30% inmediatamente después de una primaria es un tremendo logro y refleja la fidelidad de los votantes. Ahora, considerando que hay una derrota cultural importante para la izquierda, estimo que es muy difícil que pueda crecer sobre el 40%. Creo que es su techo.

-¿Qué estrategias desaconsejarías que sigan Matthei, Kast y Kaiser?

-El gran problema de la derecha es que está enfrentando lo que en teoría de juegos se llama el dilema del prisionero, donde lo que le conviene al sector no le conviene a cada uno de los candidatos, y lo que le conviene a cada uno de los candidatos, no le conviene al sector.

La derecha está capitalizando porque el péndulo se movió hacia el sector más conservador en los últimos años y está liderando en las encuestas con tres opciones. Si la derecha quisiera capitalizar ese liderazgo, tendría que llegar a algún tipo de negociación en que todos cooperaran. Pero ciertamente no es el caso, porque el sector se ha ampliado a dos derechas distintas.

Entonces es muy difícil llegar a acuerdos. Esto lo hemos visto antes, como cuando en 2005 Lavín y Piñera sacaron más votos que Bachelet en la primera vuelta, pero después el electorado se dividió tanto que no se pudo volver a consolidar para la segunda vuelta y por eso ganó Michelle Bachelet. Lo mismo pasó el año 2009 cuando la izquierda se divide y por eso gana Piñera. Si la derecha se canibaliza puede entregarle el poder al PC, lo que ciertamente sería el derroche político más grande que se ha visto en democracia.

-¿Una lista única oficialista versus dos listas opositores para las parlamentarias aseguran una mayoría de izquierda en el parlamento?

-La división conduce a la derrota. Haber concertado una lista única para el oficialismo es una gran victoria que apalea el hecho de que la izquierda está de capa caída.

Para la derecha lo importante es tratar, al menos, de no perder en los lugares más obvios, que son las circunscripciones binominales. Si van divididos en esas circunscripciones el riesgo es muy grande de perder hasta la circunscripción completa. Lo más probable es que obtengan solo uno cuando pudiesen obtener dos. Por lo mismo, deben tener una conversación realista sobre qué es lo que se puede hacer para tratar de generar una mayoría para la próxima elección. El adversario final está al frente y no al lado.

-¿El porcentaje de respaldo de Jara está directamente relacionado a la aprobación de Boric o crees que Jara logra penetrar un voto menos politizado?

-Boric está subiendo su popularidad, lo que no es un fenómeno sorpresivo. Todos los presidentes bajan en el medio del período y suben al final. Boric está subiendo precisamente porque pasa a ser el jugador menos relevante del sistema. Ya de salida las personas están mucho más preocupadas de lo que viene hacia adelante, de lo que está pasando ahora, y probablemente han perdido un poco de fe en lo que pueda hacer este gobierno y por lo mismo ya no lo están penalizando.

El voto de Jara -además de tener el respaldo del votante de Boric- es un voto mucho más estructural, más resonante con una izquierda de clase trabajadora, más clásica, donde se pueden ver representadas más personas.

Hasta ahora, la etiqueta de comunista no la ha dañado porque ha destacado sus características personales que es su fuerte. (Ex Ante)



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