“La verdad es que no voy dar las gracias por la invitación, porque no estoy invitado”, bromeó al inicio de la sesión de la Comisión de Constitución de la Cámara el presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN).
Acompañado de un elenco de caballería jurídica pesada, sorpresivamente, Ossandón concurrió personalmente a esta instancia para intentar despejar una problemática jurídica respecto de las asignaciones (gastos de oficina, personal de apoyo y traslados) que la Cámara Alta paga a los expresidentes de la república.
El tema fue destapado en la comisión que preside el diputado Jorge Alessandri (UDI), a raíz de un conjunto de mociones -presentadas por algunos legisladores como Pamela Jiles y Carlos Bianchi- que buscaban reformar las rentas y estos gastos de secretaría de los exmandatarios.
Lo curioso es que, en la discusión, los diputados, a partir de una alerta del parlamentario republicano Luis Sánchez, se percataron que particularmente las asignaciones (fondos fiscales que entregan a los exjefes de Estado) no tenían respaldo constitucional, a diferencia de las dietas. Tampoco estaban reguladas explícitamente en la Ley Orgánica del Congreso ni en la Ley de Presupuesto.
El hecho amenazaba con crear un nuevo conflicto institucional entre la Cámara y el Senado, al tiempo que exponía a los expresidentes a una agraviante situación de tener que devolver esos dineros públicos, según interpretaban algunos diputados.
Originalmente, Alessandri había invitado a los secretarios del Senado, Raúl Guzmán, y de la Cámara, Miguel Landeros, además de los mismos exmandatarios Michelle Bachelet, Ricardo Lagos y Eduardo Frei, quienes por razones de agenda se excusaron.
No obstante, con el fin de bajar la tensión, el senador Ossandón decidió concurrir en persona en un gesto inusual ante la otra rama legislativa.
Acompañado del mencionado Guzmán, del secretario de la Comisión de Constitución, Rodrigo Pineda, y la abogada ayudante, Francisca Phillips, quienes llegaron con varios documentos y libros, reveló que “durante cinco días hicimos un trabajo muy exhaustivo”, que culminó en un estudio para tratar de aclarar este misterio jurídico.
Según ese análisis, Ossandón expuso que la conclusión a la que llegaron los equipos del Senado es que las asignaciones que se han pagado a los expresidentes “están bien pagadas”, ya que existe un acuerdo de 2020 de la Comisión de Régimen Interno de la corporación, que legalmente tiene facultades para administrar recursos contemplados en la Ley de Presupuesto.
Sin embargo, admitió que el tema generaba diversas interpretaciones. De hecho, comentó que había informes jurídicos contradictorios, por lo que llamó a construir un gran acuerdo político para resolver a futuro una suerte de pensión a los expresidentes y regularizar debidamente estas asignaciones.
“La Comisión de Régimen del Senado me mandató como presidente del Senado para hablar con el Presidente de la República y estudiar el tema para el futuro. ¿Por qué? Porque nosotros como comisión hemos visto que esto a nosotros nos trae varios problemas. Nosotros como Senado no queremos seguir pagando esto, porque es un problema y porque además se dan un montón de bases legales, yo no soy abogado, que pueden ser complicadas, porque de alguna manera se le pasa plata a una persona que es un expresidente, pero no tiene ciertas responsabilidades porque no es funcionario», dijo.
Y añadió: “Nosotros creemos que en el futuro debe de existir, no sé, una pensión (a los expresidentes), algo concreto, que sea eso y no esto de asignaciones y cosas que al final nos enredan porque las responsabilidades son distintas”.
En esa línea, sostuvo que “los expresidentes no son senadores… Hay una reflexión, hay que arreglarlo y tenemos que ponernos de acuerdo y tenemos que buscar una fórmula que no sea tan alambicada, que no nos meta a nosotros (el Congreso) y que ojalá la Dipres o Presidencia, o quien sea, pague como corresponde porque la dignidad del cargo y la protección de los expresidentes es muy importante».
Ante la idea de eliminar las asignaciones para traslados u otros gastos, el senador indicó que “los presidentes deben tener una pensión clarita y no tenemos que pagarle secretaria ni nada, sino que él sabrá lo que hace con su plata. Eso debería ser mucho más claro y fijando también las responsabilidades que deben tener». (La Tercera)