Analistas convergen: victoria de Kast convierte a Boric en líder de la oposición

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La inesperada ofensiva del Presidente Gabriel Boric contra José Antonio Kast, lanzada en cadena nacional, desató un debate de gran calado político que va más allá de la disputa puntual sobre la propuesta fiscal del abanderado republicano. La intervención del Mandatario, que algunos interpretan como un golpe directo a la credibilidad de Kast, encendió hipótesis estratégicas que reconfiguran el mapa de la contienda presidencial.

Primero vinieron los reproches. Sectores tanto de la oposición como del oficialismo sostuvieron que Boric terminó revitalizando una candidatura que mostraba signos de desgaste en las encuestas, dándole al exdiputado un protagonismo inesperado. Otros apuntaron que el gesto invisibilizó la conducción de Jeannette Jara, la abanderada del oficialismo, debilitando así el foco de su campaña.

Pero más allá del ruido inmediato, analistas y actores políticos han detectado un patrón: Boric estaría delineando el rol que jugará una vez deje La Moneda. La tesis, expuesta por el presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN), es tajante: el Gobierno habría dado por perdida la opción de Jara y preferiría que la derecha sea encabezada por Kast, por ser un adversario más cómodo para un eventual regreso del propio Boric en 2030. “A ellos les conviene que si hay un Presidente de derecha la próxima vez sea Kast, porque eso es mucho más fácil, es lo que entienden… para que el Presidente Boric vaya de nuevo a la reelección en cuatro años más”, afirmó Ossandón en EmolTV, contrastando que un gobierno de Evelyn Matthei sería más moderado y con mayor inclinación al diálogo, complicando a la izquierda más dura.

La idea se ha repetido en columnas y análisis de opinión. El periodista Daniel Matamala sostuvo que un triunfo de Kast mantendría el eje de la izquierda en el Frente Amplio, privando de oxígeno a la ex-Concertación y dejando al propio Boric como líder natural de la oposición. “Boric podrá decir que ya le ganó una vez a Kast, y por paliza, en 2021. Sería el más adecuado para enfrentarlo otra vez”, escribió, destacando que la postura desafiante actual pavimenta su camino político desde marzo de 2026.

En la misma línea, el politólogo Daniel Mansuy interpretó la maniobra como una anticipación del escenario que el Mandatario vislumbra: una lucha frontal contra “la ultraderecha”, personificada en Kast. “Está advirtiendo que él será la figura excluyente de la futura oposición”, dijo, subrayando que la ausencia de liderazgos sólidos en la izquierda juega a favor de un expresidente joven y con proyección de décadas de vida política.

El economista Óscar Landerretche, en tanto, evaluó el cruce como un “diálogo entre dos grupos muy extremos, que tienen muy poco contenido” y que terminarían beneficiándose mutuamente. Cuestionó la falta de explicación de Kast sobre su ajuste fiscal, pero recordó que el propio Gobierno llegó con promesas igual de ambiciosas, confiando en que la voluntad política bastaría para cumplirlas.

Este episodio, más que una disputa coyuntural, parece marcar el inicio de un guion donde Boric y Kast se necesitan para definir sus respectivas identidades políticas: antagonistas irreductibles, y a la vez aliados involuntarios en la construcción del próximo ciclo político chileno.  (NP-Perplexity)



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