La inauguración de las Fiestas Patrias en el Parque O’Higgins se desarrolló en un ambiente de alta tensión política entre el alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), y el Ejecutivo, luego de una serie de quiebres protocolares que Desbordes calificó como «desaires» y «gustos personales» del Presidente Gabriel Boric. La noche del martes, el evento se cerró sin el tradicional baile de cueca entre el alcalde y una autoridad de Gobierno, lo que acentuó el conflicto.
PAMPILLA Y PALCO PRESIDENCIAL
La polémica se intensificó el lunes, cuando el Presidente Boric dio por inauguradas las Fiestas Patrias en La Pampilla, Coquimbo, rompiendo con la tradición histórica de iniciar las celebraciones en el Parque O’Higgins. Desbordes interpretó esto como una movida política, recordando que Boric sí eligió Santiago en los años de gestión de la exalcaldesa Irací Hassler (PC). El alcalde afirmó que al revisar registros históricos, «no encontramos ningún ejemplo» de un Presidente que haya omitido el Parque O’Higgins para el acto inaugural, acusando que «actuó más el militante que el Jefe de Estado».
La tensión continuará en la Gala de Fiestas Patrias en el Teatro Municipal este jueves. Desbordes denunció que el Presidente decidió no sentarse en el palco oficial 21 junto al alcalde —un protocolo que se remonta al retorno a la democracia y antes— y optó por el palco presidencial. Desbordes remarcó que «El último que hizo eso fue don Augusto Pinochet, solo te dejo ese dato sobre la mesa”.
PIFIAS Y BARRA POLÍTICA
La inauguración en el Parque O’Higgins estuvo marcada por gestos elocuentes. Al arribar, el Presidente Boric no saludó inmediatamente a Desbordes, un hecho que el alcalde comentó a la prensa: «No sé si el Presidente no me saludó porque no me vio, o no me quiso saludar».
Durante los discursos, el ambiente se caldeó con pifias y una «guerra de barras». Desbordes relató que la Presidencia había solicitado entradas adicionales y que una «barra que llevó la Presidencia empezó a gritar por Jara», la candidata presidencial comunista, lo que generó la reacción del público. El alcalde se vio obligado a salirse de su discurso para pedir respeto y unidad. En su intervención, Desbordes lanzó críticas veladas a la gestión del estallido social y a la Convención Constitucional, instando a las autoridades a «salir de su trinchera personal y actuar con altura de miras».
El vocero de Gobierno, Camila Vallejo, buscó bajar el perfil al conflicto, señalando que «Chile es un país diverso» y que la Pampilla no le quita relevancia a la fonda del Parque O’Higgins. El único baile de cueca del Mandatario en el Parque fue junto a su pareja, Paula Carrasco, mientras que Desbordes bailó siete veces. La relación tirante entre ambas autoridades ya se venía manifestando en cruces previos por la intervención en el barrio Meiggs. (NP-Gemini-La Tercera)